
12 Mar Abogados negligencias médicas: Lesiones graves por la demora en el diagnóstico del ictus
Cualquier diagnóstico oportuno es crucial pero en el caso del ictus, cada segundo cuenta. Como abogados negligencias médicas conocemos de primera mano las consecuencias de un retraso en la valoración de esta enfermedad cuya etimología en latín significa “golpe” y que es conocida coloquialmente como derrame o infarto cerebral. A continuación explicaremos de qué se trata y por qué es tan importante un diagnóstico precoz.
¿Qué es el ictus y cómo se manifiesta?
Un ictus puede presentarse de dos maneras: en un 85% de los casos se trata de una interrupción súbita del flujo sanguíneo en una parte del cerebro, lo cual se conoce como isquemia cerebral. En el 15% de los casos restantes consiste en una rotura de una arteria o una vena y esto se conoce como hemorragia cerebral. El infarto cerebral se manifiesta con un fuerte dolor de cabeza sin causa aparente, entumecimiento o debilidad en la cara o en un lado del cuerpo, dificultades para hablar, alteraciones visuales y en algunos casos, convulsiones.
¿Cuáles son las causas del ictus?
La más común es la arteriosclerosis o inflamación crónica de las arterias por acumulación y endurecimiento de colesterol. También se dan casos de derrame cerebral por coágulos formados dentro del corazón que llegan al cerebro por vía arterial. La rotura de una pared arterial por un traumatismo o incluso de forma espontánea puede derivar en un ictus. Y en ocasiones menos frecuentes, se pueden formar trombos en las venas cerebrales afectando la irrigación de la zona.
¿Cuáles son las consecuencias del ictus?
Como abogados especializados en negligencias médicas podemos asegurarte que el ictus es más incapacitante que el resto de las enfermedades neurológicas juntas. De hecho es la principal responsable de la discapacidad física en adultos y la segunda de deterioro cognitivo. Según las estadísticas, un tercio de las personas que ha sufrido ictus se recupera satisfactoriamente, otro tercio queda con secuelas graves y el tercio restante, fallece.
Quienes han padecido un ictus pueden experimentar alguna o varias de estas consecuencias:
- pérdida de fuerza muscular y/o coordinación
- pérdida de equilibrio y propensión a caerse
- trastornos visuales
- dificultades para hablar
- rigidez o contracción muscular
- hormigueo en la piel y/o falta de sensibilidad
- sensación de quemazón o pinchazo en algún músculo
- dificultad para tragar
- incontinencia urinaria
- deterioro cognitivo
- alteraciones del estado de ánimo
¿Cuál es el tiempo adecuado para el diagnóstico de ictus?
Restablecer el riego sanguíneo cerebral cuanto antes es el objetivo más importante del equipo médico ante un ictus. De esta reacción dependerá la recuperación de las funciones motoras y la disminución de secuelas. Ante la sospecha de un ictus, el médico debe descartar una hipoglucemia y rápidamente, debe distinguir entre infarto y hemorragia. Así, centrará sus esfuerzos en dirigir el tratamiento hacia la zona del cerebro que se esté afectando.
¿Cómo puedo saber si hubo una demora en el diagnóstico de ictus?
Lo primero es establecer el tiempo que transcurrió entre el aviso de un posible caso y las pruebas diagnósticas. Luego habrá que determinar qué pruebas se hicieron y qué resultados se obtuvieron. Como decíamos, ante la sospecha de ictus, el equipo médico hace analíticas para conocer los niveles de azúcar y colesterol. Además, se ordenan herramientas de neuroimagen como una topografía craneal (TC) y una resonancia magnética (RM craneal), así como una angiografía por tomografía computarizada para localizar la oclusión y comprobar la irrigación cerebral. Hay otra serie de pruebas complementarias como ecografías, ecocardiografías y electrocardiogramas que ayudarán a medir con mayor precisión el ritmo cardiaco y el flujo sanguíneo.
Se habla de mala praxis en el diagnóstico de infarto cerebral cuando no se utilizan todos los medios técnicos hospitalarios en las primeras tres horas de los síntomas iniciales. Como decíamos, cada segundo es vital porque a partir de la cuarta hora aumenta el riesgo de mortalidad y se pierden opciones de tratamiento. Las afectaciones son proporcionales al tiempo transcurrido: a mayor tardanza, más complicadas serán las secuelas derivadas del ictus.
Un diagnóstico tardío o la omisión de pruebas diagnósticas protocolarias puede provocar daños irreparables que podrían haberse evitado o minimizado. Así que ante la sospecha de un retraso o mala praxis en el diagnóstico de infarto cerebral, no dudes en contactar a un equipo de abogados negligencias médicas con experiencia en este tema.